Yo no quería hacer una película sobre el exilio, quise enfocarme en la búsqueda de la felicidad

Patricia Velásquez Guzmán deja entrever el retrato de su historia familiar en el guion y dirección de “Apego”. Las raíces profundas de su inspiración, la elección de personajes e historias; el tono buscado, y logrado, en su realización.

Mis papás son exiliados chilenos que migraron en los setenta a Costa Rica, huyendo de la dictadura, y desde entonces no hay un solo día en que no hablen de su amado Chile. Con la película “Apego” quería hablar de esa nostalgia que existe en quienes se van, que no se sana nunca, sobre todo en quiénes son obligados a irse de su país. Ese sentimiento nos lo transmiten a los hijos sin que lo entendamos muy bien. Es un Chile que va mucho más allá de lo tangible, de las personas o los lugares concretos, es un lugar que está atravesado por lo afectivo y por lo imaginario, y siempre por una pregunta que nadie dice pero que está ahí, ¿cómo habría sido la vida si nunca nos hubiéramos ido? ¿si hubiera nacido allá, habría sido la misma persona? ¿a qué me dedicaría?

Mis padres han padecido el exilio de forma distinta: mi papá, -intuyo- que aún tiene una relación de amor-odio con su país, pues durante la dictadura fue detenido y torturado, y posteriormente expulsado de Chile. Aunque aún queda mucha de su familia allá, para él ha sido impensable volver, es algo que está más allá de sus fuerzas. Puede ser que también prefiera quedarse con los buenos recuerdos de juventud cuando la vida era más sencilla. Mi mamá, en cambio, se fue del país embarazada, siguiendo a su marido. Ella no tenía ninguna vinculación política, ni siquiera pienso que simpatizara mucho con las ideas de izquierda. Aunque ella ha ido a Chile después, a visitar a su familia, algo se rompió, ahora es extranjera allá, igual que acá.

Yo no quería hacer una película sobre el exilio, o la tortura o la tristeza, más bien quise enfocarme en la búsqueda de la felicidad de cada uno de los personajes, hacer un película esperanzadora, que hablara del presente.

Al escribir el guión de la película había dos ideas que para mí eran muy fuertes y me daban vueltas en la cabeza: la figura de Julia, una mujer que deja todo por su marido, sin estar tan convencida de por qué hacerlo, si por amor o porque es lo que hacían las mujeres de su época, seguir a su marido; y por otra parte la figura de Ana, más independiente en apariencia, pero atada a su familia y a su maternidad, como nos pasa a la mayoría de las mujeres. En el fondo la misma idea, las mujeres viviendo en función de los otros, dando su trabajo para que los demás estén bien; o viviendo exhaustas, resolviendo lo de los demás y lo propio.

Para mi “Apego” es una película que habla sobre buscar la libertad, los tres personajes principales están en un momento de crisis, en el cual necesitan volver a conectarse con su propia esencia. En ella pretendo no juzgar a ninguno, ni ponerlos en posición de víctimas o villanos, finalmente cada una y cada uno es responsable de las decisiones que toma. Al final de la película, cada uno hace lo que le viene en gana, y la que empieza esa pequeña revolución es la abuela. Es una especie de regalo que le hago a mis papás y que me hago a mi misma.

Así que el tono que escogí es una mezcla de drama y comedia. Quise hacer una película contada desde el espacio íntimo, desde la familia, desde las casas, los almuerzos, las reuniones, desde esos espacios que parecen insignificantes, irrelevantes, pero que son los que marcan quienes somos. Y quise hacerlo con algún sentido del humor, a través de las propias torpezas y situaciones absurdas en que nos vemos envueltas a diario. Los personajes están tratados con una mirada amorosa, porque es la forma en que veo a mi familia, que aunque no es igual a la familia de la ficción, se parece un poco.

El proceso de creación de la película fue intenso, y la película le debe muchísimo a mi coproductor Alejo Crisóstomo, quien también es de origen chileno y gracias a quien esta película existe. Juntos logramos armar todos los elementos y elegir el elenco que le da vida a los personajes: Kattia González (Ana), Teresita Reyes (Julia) y Leonardo Perucci (Andrés) quienes hicieron un trabajo extraordinario. Trabajamos también con unas niñas maravillosas, Zoé Arguedas y Michelle Pollock, que interpretan a las hijas de Ana. Fue un rodaje muy intenso, con un presupuesto muy pequeño, pero muy divertido y lleno de buenos momentos, creo que logramos convertirnos en una pequeña familia.